Corrientes de tu mirada alejada,
Me empujan hacia mares infinitos,
Océanos, que empapan mi alma estancada,
Sembrando vida, en mis ojos marchitos.
Limpias a mis cicatrices pasadas,
Que gritan, enmudeciendo el aliento,
Si aquella fortuna anclada en estrofas,
Atrapan el oleaje, en el viento.
Me subes al cielo, en mis versos secos,
Donde observo mis paraísos vallados,
Y estropeo al sueño, con falsos anhelos.
Huelen las estrofas a tus perfumes,
Que adornan, escondiendo mi podredumbre
Y ardo en tu lumbre, mientras me consumes.
juanjo jorge
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