Lloro
lágrimas negras,
Que
caen de mis manos,
Y
dibujan en tu arena,
Versos
solitarios.
Creo
puñales acentuados
Que
clavo a la musa,
Pero
esta espada es homicida,
Desenvainada
por un párrafo.
Las
heridas se muestran,
Y se
convierten en manantiales.
Encuaderno
su fuego recitando,
A las
ilusiones encarceladas.
Y
aunque los versos se enmudezcan,
Aunque
la musa huya de mi presencia,
Aquí
hay un poeta, que todavía le queda,
Estas
lágrimas ensangrentadas que derramar.
juanjo jorge
juanjo jorge
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