En lo álgido de un camino,
se encuentra una parada,
no es una parada cualquiera,
es una para recordar.
En ella bailo con la musa,
que me ahoga en sus abrazos,
como jugar a la ruleta rusa,
en la suela de sus zapatos.
Caminando por el sendero,
al viajero le digo al parar:
"Tengo el placer de enseñarte
una parada para recordar".
Álvaro García-Atance Gallo
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