Ahora que tu luz disuelve los grumos
ennegrecidos de mi alma en reposo,
cae el sol con su crepúsculo ardiente
y mis adentros contraccionan la resaca
de aquellas mareas de mi alma encendida.
La implosión del corazón extiende y
acrecienta el amor que me domina,
el calor y mis posos adentrados en su mirada
aferran mis ruinas escondidas,
y convivo consigo el miedo
que conllevará la noche fría:
Terremotos revoloteando mi cuerpo de arquitectura divina...
Tan solo requiero para pervivir en tu arropo,
un instante donde, mientras mis lágrimas son mecidas,
reencontrarnos e identificarnos aquel amor
que nos late fronterizo entre la hermosa
melodía de mi libertad,
y la eterna compasión de tus ojos.
JJJ
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