Tal noche como esta,
al zaguán de tus ojos quise entrar,
y por el temblor de mi piel,
sin arma homicida me atreví a soñar.
Tras aquella quimera,
un pájaro me picaba,
cual minero en su mina.
Y por acomodarte
en mis tantos pensamientos,
amenace a la muerte,
con edades y guadañas,
Para así no me viniera a buscar,
mas con eso no bastó,
pues tus trucos de amor,
me acabaron por matar.
Álvaro García-Atance Gallo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
comentad qué os parece