El leve atardecer,
ríe y llora conmigo
cada día,
por nuestro parecer.
Aunque el sol llora,
por ser de su nombre acompañado,
solo un día,
eclipsado a la luna
a la que adora,
mas otro milenio más,
a la que añora.
Hoy brindo por el sol sublime,
ahogado en la soledad,
que poco a poco,
más le oprime.
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