una soledad que me ahoga,
tan fuerte como una soga,
con un mecánico sabor.
Como la raíz de mis cabellos,
calvos como la Luna,
como peces sentados,
en su banco sin dinero.
Un poeta sin recuerdo,
en un metálico lugar,
intentando recordar,
aquel precioso paradero.
Ya no puedo resistirme,
a un verde tan antiguo,
a un olivo sin cicatrices,
a un lugar, virgen como el agua.
Cuando puedo me retiro,
a un pequeño lugar,
cuantos menos defectos mejor,
y con claros de modernidad.
Este poema escribo,
por un un error de la humanidad,
estos son versos de una realidad,
que escribo por una breve felicidad.
un sentimiento antiguo,
una lágrima me metal,
un poema bien escrito,
por un sentimiento banal.
Álvaro García-Atance Gallo
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